Ron Dennis se marcha y yo le despido sin rencor

Ron Dennis se marcha y yo le despido sin rencor

McLaren siempre ha sido una de mis escuderías favoritas. Por eso me hizo tanta ilusión cuando Alonso puso rumbo hacía ella. Y por eso también me llevé una enorme decepción cuando todos descubrimos la papeleta con la que se encontró el asturiano. En ese paquete del desencanto entró también Ron Dennis, uno de los jefazos de la F-1 que admiraba y respetaba, pero que en esa nefasta temporada 2007 perdió todo su carisma para mí. Ahora el flemático patrón del equipo de Woking se marcha y me gustaría poder decirle adiós sin el rencor que me produce todo el daño que le hizo a nuestro campeón. Entre otras cosas, porque ni siquiera tengo claro que cuanto ocurrió entonces fuera premeditado o simplemente Dennis se vio desbordado por los acontecimientos.

Cierto es que la falta de intencionalidad no le exime de la culpa, puesto que precisamente su responsabilidad pasaba por ser capaz de gestionar unas circunstancias como las que se produjeron. Pero ahora, cuando deja los circuitos para intentar aportar solvencia al Grupo McLaren en estos tiempos de zozobra, prefiero ser generoso y desearle, pese a todo, lo mejor. En definitiva, Dennis es partícipe muy directo del esplendor de uno de los grandes proyectos de esta especialidad y entiendo que personajes como él han hecho posible que la F-1 sea lo que hoy todos conocemos, con sus defectos pero también con esas virtudes que la colocan como uno de los espectáculo deportivos más importantes del planeta. Así que tampoco me parece justo que tanto despropósito con Alonso sirva para ignorar todo lo demás que, con seguridad, ha aportado a los grandes premios.