El debate del dibujo sigue vivo

El debate del dibujo sigue vivo

Habrá que acostumbrarse también a partidos como el de anoche. Es el peaje que hay que pagar por ser campeón de Europa. Los rivales a España ya le tratan como a un equipo grande-grande. Le estudian, le buscan las cosquillas, le tejen telas de araña que impidan que pueda desarrollar su juego. Le tienen tanto miedo como a Brasil o Argentina. Y si no que le pregunten a Terim que en su marcaje zonal siempre tenía un hombre preparado para tapar a un español. Los dos teóricos delanteros (Nihat y Senturk) tapando indistintamente la salida del balón de Xabi y Senna. Emre o Mehmet Aurelio sobre Xavi... No fue extraño por lo tanto que España se atascara. Además le faltaba el desatascador por excelencia, Iniesta, el hombre que mejor juega entre líneas, que siempre tiene el pase imposible, el mejor socio de Xavi. No debe servir de disculpa, pero sí de coartada.

Consumada la victoria y con el Mundial más cerca, el irregular juego de la Selección no hizo sino alimentar la polémica de cuál es el dibujo ideal. Del Bosque apostó por los dos delanteros y la banda derecha ciega a disposición de un Sergio Ramos que a lo largo de todo el partido fue más extremo que lateral. No funcionó la fórmula. En la segunda parte, ya con el marcador a favor, recurrió al delantero único (Torres) para poner por detrás a los cinco centrocampistas y el equipo volvió a sentirse más cómodo, tuvo mucho más el balón y llegó con mucha más facilidad a la puerta contraria. Aunque sería injusto no señalar que todo eso fue posible porque el partido ya estaba cuesta abajo y los turcos agotados de tanto correr en el primer tiempo. El debate sigue abierto, pero lo importante es que con el 4-4-2 y con el 4-5-1, España sigue ganando y ganando. Y ganando.