El Madrid busca la paz

Han transcurrido 112 días desde la Asamblea que abochornó al madridismo decente, de cuyas consecuencias pueden hablar bien Ramón Calderón (dimitido), Luis Bárcena (destituido con indemnización de 800.000 euros incluida) y el tal Nanín (dimitido). La cita del desagravio y de la paz está fijada a una hora esperpéntica (8:00 en primera convocatoria, 9:00 en segunda). Madrugón que se verá agravado para los 2.103 compromisarios convocados al adelantarse anoche la hora. Agotados por el sueño, en domingo, sin partido del primer equipo (lo que alejará a los compromisarios que viven lejos de Madrid) y con Fernando Alonso debutando en Australia. Panorama desalentador que impide aventurar una asistencia que supere el 50 por ciento de la composición de la Asamblea.

Mucho en juego.

Pero el Madrid se juega demasiado como para detenerse en la cuestión numérica. Convocatoria de elecciones, cambio del voto por correo, aprobación de las cuentas de la era Calderón (paradójico, los que la rechazaron el 7-D ahora quieren ratificarlas a toda costa, a excepción de Plataforma Blanca) y aprobación de la nueva Junta Electoral y de la Comisión de Disciplina Social (los pactos de Boluda han logrado que sólo 'sobreviva' uno de los diez elegidos en diciembre: Paz Casañé). Pero todo se puede ir a hacer gárgaras si es cierta la amenaza, nada velada, que ha hecho Boluda estos días en su excursión mediática: "Si no se aprueba hoy mi ratificación como presidente, me levanto, me voy y se suspende la Asamblea". Un órdago que pone en peligro la necesaria convocatoria de elecciones y la fijación de la fecha definitiva para los comicios (el 14 de junio es la más probable).

Tres votaciones.

La empresa Indra organizará tres votaciones. La primera, la de la ratificación de Boluda como presidente, tras media hora de exposición de los compromisarios que argumentarán por qué 'sí' o por qué 'no'. Para evitar sainetes como el del 7-D, la moderación de la Asamblea correrá en exclusiva por parte del propio Boluda, que responderá uno a uno a cada interviniente. "Respetaré lo que digan y no bajaré el micrófono a nadie, pero espero que sean breves y rápidos si es posible...".

Cada votación tendrá 40 minutos a los compromisarios en la sala habilitada para ello. Esto explica que hayan metido con calzador los puntos 3, 4 y 5 en la misma votación, la tercera y última. Ello provocará cierto caos, sobre todo en los señores más mayores, porque es difícil hacerles entender que deben votar a la vez sobre las cuentas, las dos comisiones y lo de las dos modalidades de voto por correo. Boluda aconseja votar "sí" tanto al método de las elecciones generales (se necesitan dos tercios) y al del voto recaudado (mayoría simple). Ahora, que hablen los sufridos compromisarios...