Desde la perspectiva de los días transcurridos y tras reflexionar, mi indignación por el expolio arbitral sufrido por el Recre en el Camp Nou a manos de Iturralde González, lejos de menguar, crece y crece. Hacía años que no veía un arbitraje tan nefasto con un equipo. Dos penaltis no señalados, uno en contra (que no era), un gol anulado (legal por supuesto) y faltitas tontas de esas que rompen el ritmo a cualquier conjunto que sea capaz de jugarle con valentía y atrevimiento a un Barça que, por lo visto, tiene que ganar la Liga por narices. Bien. Esta es una de las circunstancias que han posibilitado que nuestro Decano favorito, sin merecerlo en absoluto, esté metido en puesto de descenso. Pero tranquilos. Este Recreativo se va a salvar. Y además con solvencia.

Junto con la susodicha masacre del colegiado de turno (¡vaya tres añitos que llevan los onubenses con los señores, otrora de negro!), el Recre está antepenúltimo por haber perdido justo los dos partidos que no debía. Si hubiera derrotado al Valladolid y al Getafe, ahora mismo estaría con 36 puntos y los madrileños, en descenso con 31. Por dos estúpidos partidos, en lugar de estar cinco puntos por encima del descenso se encuentra a tres de la salvación. ¡Así de igualada está la Liga! Pero el equipo ofrece buenas sensaciones. Juega bien. Está con moral y su plantilla, muy comprometida y a muerte con el excelente Lucas Alcaraz. Lo peor no es que el sábado venga el Real Madrid. Lo preocupante, lo verdaderamente terrible es que pita Teixeira Vitienes. ¡País!