Heidi-Etoo y el futuro del 'nueve'

Heidi-Etoo y el futuro del 'nueve'

La metamorfosis de Samuel Etoo no es la del pobre tipo que describió con maestría Franz Kafka, aquel que un buen día pasó de humano a escarabajo. Al contrario, el africano, que en aquel episodio de Vilafranca parecía la niña de El exorcista, lleva nueve meses comportándose como Heidi. La imagen del nueve del Barça en el Bernabéu, exultante tras el 2-6 pese a no haber marcado ni uno de la media docena de goles, dice mucho de cómo y cuánto ha cambiado desde que Pep Guardiola se hizo cargo del primer equipo.

Y lo cierto es que tenía motivos para estar molesto, inquieto, mosqueado. Como apuntaba ayer ese sabio que nunca se equivoca llamado Johan Cruyff en su columna de los lunes, Etoo fue un jugador sacrificado por Guardiola en beneficio del colectivo. El hermano Samuel fue el condenado a la banda derecha, para que Leo Messi saliera en libertad de movimientos, ya fuera en la posición de delantero centro o moviéndose como mediapunta. Etoo, que siente en la nuca el aliento de dos killers como David Villa y Diego Forlán en la lucha por el Pichichi y la Bota de Oro, se habría puesto como loco en otro momento de su trayectoria culé. Ahora, en cambio, sonríe, se abraza con los suyos y celebra el éxito del conjunto. Pero, eso sí, que no lo cabreen mucho y, sobre todo, que vuelva a meter goles pronto, porque como se le vuelvan a escapar los trofeos como en 2005 (a manos, precisamente, de Forlán y el Henry del Arsenal) no querrá renovar ni por todo el oro del mundo. Por eso, y en previsión de que aunque lo gane todo se quiera ir en busca de más euros, Guardiola ya ha dado el sí por Forlán, que llegaría al Camp Nou cinco años más tarde.