Parecía que Lendoiro le había pillado el ritmo a las renovaciones. Primero Lotina, un par de semanas después Manuel Pablo, y ayer le tocaba a Verdú y Sergio. Sin embargo, la racha se ha truncado y ni uno ni otro son a día de hoy jugadores del Deportivo para la próxima temporada. El asunto de Sergio parece un retraso, un tira y afloja en busca de ahorro de euros y puede incluso que de temporadas. El nuevo plazo es de una semana, tiempo suficiente para limar diferencias, aunque lo mismo decíamos hace sólo diez días.

Más enquistado y complejo es el caso de Verdú. El mediapunta ha roto este año y Lendoiro ha estado lento de movimientos. Su agente, Mágico Díaz, suspendió la reunión de ayer y a pesar de estar en A Coruña ni visitó la Plaza de Pontevedra ni el Manjar, restaurante favorito en las noches presidenciales. Lotina se teme que ya sea tarde, que la miel haya llegado a los labios del agente y que convierta la oferta del Depor en un insulso postre. El técnico ve a Verdú en el Espanyol, pero puede que incluso la oferta perica no sea suficiente porque hay en escena otro club tapado.