Declarar en defensa propia

Declarar en defensa propia

En el campo de fútbol rige un código, el mismo que en el vestuario: los problemas que se plantean alrededor del balón se afrontan y resuelven en dichos ámbitos. Los trapos sucios se lavan en casa, no se airean a los cuatro vientos. En este caso, quien ha faltado a esa norma no escrita ha sido Caparrós, y en más de una ocasión, por cierto. Aparte de lo anterior, las observaciones o insinuaciones del técnico sobre Ustaritz no son de recibo por dos razones: están vertidas desde el púlpito (sala de prensa) al que semanalmente tiene acceso el técnico y, además, dejan en muy mal lugar al futbolista ante la afición.

El ventajismo del entrenador al amparo de su jerarquía, ha tenido réplica. Ustaritz también ha recurrido a los medios de comunicación, pero lo suyo no es un ataque, sino un acto en defensa propia. No podía permitir que su nombre se ensuciase, menos gratuitamente, como lo certifica un parte médico oficial emitido por el club. Al mostrar cuál es su talante, Caparrós ha permitido que se conozcan más datos sobre una realidad cotidiana que se vive en Lezama. Hace un año, Unai Expósito ya apuntó algo al respecto.