Y Lendoiro trabajó por la mañana

Y Lendoiro trabajó por la mañana

Ayer fue un día extraño en la historia del club: Augusto César Lendoiro cerró una operación por la mañana. Como lo leen. El presidente asistió primero al entierro de don Rodrigo García Vizoso (descanse en paz) y luego se marchó a la Plaza de Pontevedra para cerrar el fichaje de Juca. El horario no le sentó nada mal, porque después de seis días de tiras y aflojas con los agentes (las comisiones, ya saben) el culebrón por fin llegó a su fin y el brasileño puso rumbo a Belgrado a mediodía después de una semana de 'vacaciones' en A Coruña. Para que se hagan una idea de lo novedoso del horario, el martes, por ejemplo, Lendoiro pisó las oficinas del club a las 18:45 horas escoltado por Richard y Pereiro... casi igualito que ayer.

La otra negociación del día ya tuvo horarios y formas más habituales. Tras cenar y cenar el martes con el padre de Sergio y no llegar a ningún acuerdo, ayer hubo que esperar hasta bien entrada la noche para que llegase la fumata blanca. Finalmente la cuerda, que se tensó hasta límites insospechados, rompió y el club accedió a darle al centrocampista catalán los dos años que pedía. Lo de trabajar por las mañanas tiene sus ventajas, y si no que le pregunten al presidente, que ayer firmó un doblete.