La llegada de Barragán, primer fichaje del verano, es fiel reflejo de lo que va a prevalecer a la hora de cerrar incorporaciones de cara a la próxima temporada. Más de lo mismo que ya hemos vivido en temporadas anteriores. Jugadores con carta de libertad y sin equipo como Barragán o, sencillamente, que terminen contrato y no renueven en su club. Otra alternativa clara será la de las cesiones. Jugadores que no sirvan para sus equipos respectivos y sí para el Valladolid. Es decir, hombres como Goitom, Escudero, Nano, Oldoni o Aguirre... las 'joyas' de la pasada temporada. El Valladolid está habituado a ir al mercado con las manos en los bolsillos y puede acabar pagándolo caro.

Queda la ilusión de que en un ataque de 'locura' el club decida pagar alguna cantidad para traerse a un 'Sesma' o a algún 'Arana' de turno. También queda la esperanza de que aparezca algún mirlo blanco como Pedro León. El Valladolid es pobre y lo tiene asumido. Pobre, pero este año menos ya, que cuenta con los 14 millones de la televisión y la casi segura venta de Asenjo. Pero seguirá el riesgo.