La 'amarela' de Jair sí era de oro

La 'amarela' de Jair sí era de oro

Hoy juega Brasil la final de la Confecup, pero ésta no es 'mi amarela'. Será que tiene razón el gran Jairzinho, que los brasileiros cada día son más europeos por aquello de la exportación masiva de talentos jóvenes. Será eso o que el fútbol de los magos ya no tiene sitio, y me espanta sólo pensarlo. Jair Ventura, hoy profe de niños en Río, fue de aquellos genios que nos hicieron amar a Brasil junto a Pelé, Tostao, Rivelinho y Gerson cuando los de mi generación empezábamos a entender el fútbol. Y creo que a día de hoy siente la misma decepción que yo, seguramente más agria la suya, viendo a los 'canarinhos' de Dunga. Jairzinho, sucesor de Garrincha, descubridor de Ronaldinho, autoridad mundial competente, levanta la voz pidiendo libertad para el futbolista brasileño, que fue siempre una maravillosa especie única.

Hoy, digo, juega Brasil, pero no es reconocible. Está lejos de la 'amarela de oro', la campeona de México 70, aquella cargada de fantasía, la que creaba escuela, la que dejaba boquiabierto al mundo. Jairzinho era uno de aquellos príncipes, el 'Huracán' le llamaban, que rodeaban a O Rei Pelé y no deslucían, porque tenía cada cual una virtud para pasar a la historia. Eso es lo que no abunda en la selección de Brasil que veremos esta noche: futbolistas con habilidades excepcionales. Por lo visto, la globalización también está acabando con la cultura futbolística brasileira. Yo me quedo con Jairzinho.