Estos días estamos asistiendo a la presentación de las últimas estrellas del Real Madrid, mientras otros también están moviendo sus fichas, en el gran tablero del espectáculo deportivo que más dinero mueve en nuestro país. Viene a cuenta esta reflexión para entender los últimos movimientos de los grandes clubes, que tanto se alejan del comportamiento clásico tradicional en el deporte. Antes era frecuente que un futbolista fichara por una entidad y en ella acabara su carrera deportiva; ahora no lo es. Hoy se juega por dinero y para dar lustre al espectáculo, fundamentalmente para ser televisado, pero también para rellenar páginas de periódico, horas de radio e incluso dar portadas de alguna revista del corazón. Hay que cambiar de club, de colores y de ciudad para seguir alimentando la fiera del espectáculo que devora cuanto toca. Lo dijo claro Jaume Roures la otra noche en El Larguero: mantener este negocio es muy caro y por eso habrá que pagarlo; los tiempos del fútbol en abierto han tocado a su fin.
Pero el resultado es que los equipos consolidados han desaparecido. Ya no volverá a existir un equipo rotundo y maduro como aquel primer Real Madrid de las cinco copas de Europa. Parece claro que el equipo del año pasado tenía muchas lagunas y se mantuvo en pie hasta el final sólo por ese espíritu ganador de los grupos acostumbrados a estar entre los primeros. Ahora llegan nuevos fichajes que dejarán desmantelado el grupo del año pasado. Pero formar un equipo homogéneo y ganador no se logra de la noche a la mañana. Jugar bien al fútbol es imprescindible si se quiere ganar la Champions, pero no es lo único necesario. Algunos echamos de menos el ánimo del grupo de Scott antes de partir a la Antártida, el liderazgo de Mallory dirigiendo a las cordadas en el Everest o el optimismo de Shackleton frente a la adversidad. Algo que igual sirve para un equipo de fútbol que para dirigir una empresa en estos tiempos de crisis. Es decir, en un equipo ganador se necesita dureza, sacrificio, capacidad de esfuerzo, de enfrentar la adversidad y levantarse en la derrota. Por eso, el nuevo líder que tenga que trabajar la plantilla del Real Madrid tiene una tarea ardua y difícil. Conozco a Butragueño y Valdano y creo que lo saben y no necesitan consejos. Antes de conocer los grandes triunfos al Real Madrid les queda mucho trabajo. Una tarea tan difícil como cohesionar a un chico que ha llegado virgen al matrimonio con otro que sale en las portadas de las revistas del corazón con Paris Hilton.
Sebastián Álvaro es creador de 'Al Filo de lo Imposible'
