Lendoiro no va a dejarle respirar

Lendoiro no va a dejarle respirar

El Deportivo, centrado en los frentes abiertos con Filipe y Lafita, ha visto como el caso Fabricio explotaba ayer. Por la mañana, cita sin acuerdo en el SMAC; después, el club coruñés confirmaba que llevaría el caso a los juzgados; y por la tarde, el Valladolid anuncia su fichaje. El caso parece complejo, y cada parte tendrá sus razones, pero de lo que no hay duda es de que Lendoiro no va a dejar respirar al meta canario. El presidente blanquiazul, aficionado a los juzgados, se ha tomado este tema como algo personal. Igual le ocurrió con Otero a principio de los 90, cuando se fue del Celta al Valencia con un precontrato con el Depor. El mandatario coruñés no paró de pleitear y atosigar. La sentencia, que aún espera el fallo final en el Supremo, condena a Otero a pagar 500 millones de las antiguas pesetas y el club gallego le tiene embargado un piso y una plaza de garaje.

Es difícil de entender como el Valladolid, con el dinero fresco de Asenjo, se mete en este charco, máxime si tenemos en cuenta que Carlos Suárez y Lendoiro mantienen una magnífica relación. El club pucelano no ha incumplido nada, pero seguro que este caso le terminará salpicando. Fabricio tuvo en el Depor la oportunidad de su vida gracias a la pelea entre Aouate y Munúa. Lotina apostó por él en el momento más difícil y se lo devolvió negándose a jugar. El técnico de Meñaka pasó página, e incluso le dejó acudir a la última cena de la plantilla. Pero Lendoiro no es Lotina, como comprobará Fabricio en breve.