Carlos Sastre sabe que soy un fiel seguidor suyo desde que empezó a dar pedales, por mi amistad con su padre. Le guardo gran admiración como persona y le tengo por uno de los grandes corredores del ciclismo mundial. Pero ello no quita para que me hayan sorprendido sus declaraciones sobre el poco escaso trato que le prodiga la prensa. Supongo que no se refiere a la casa donde yo trabajo. Antes de empezar el Tour pronostiqué que iba a acabar en el segundo puesto y todavía sigo pensando que va a acabar en el podio. Pero no tiene razón. La polémica entre Contador y Armstrong no se la ha inventado la prensa, es más, sigue estando ahí. Y el problema es que hasta ayer ni el Tour ni los corredores nos dieron motivos para hablar de ciclismo.

Ahora parece que va a ser diferente. Toda la emoción que no hemos podido disfrutar hasta ahora, promete que vamos a vivirla en las últimas etapas, y especialmente en las dos próximas jornadas alpinas en las que creo que sí habrá una batalla sin cuartel. Contador ha demostrado que es el más fuerte, pero estoy convencido de que va a pasar momentos difíciles, porque los hermanos Schleck, Evans y Sastre tienen que gastar toda la pólvora que han reservado hasta ahora. Creo que el más peligroso para Alberto es Sastre, porque sabe como nadie elegir el momento. Y más que en el Ventoux, como dice él, le veo atacando a fondo en la etapa de mañana en el Gran Bornand. Contador se defiende bien en la alta montaña, pero tendrá que contar con la ayuda de su equipo.