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M. Á. Vara

Leyendo entre líneas al Guaje

Actualizado a

Habló el Guaje y le costó no salirse del guión, tanto que leyendo entre líneas dijo más cosas de las que pudo ocultar. En el fondo late el legítimo deseo de un gran futbolista a mejorar que se ha quedado a las puertas del Real Madrid y el Barcelona, porque ni Florentino Pérez ni Joan Laporta pagaron lo que David Villa vale, y que ahora debe amoldarse a su realidad y maquillar sus escarceos veraniegos. En Mestalla no gustó su silencio, que no cuela que fuera por respeto al Valencia porque mejor hubiera sido que hubiese dicho que se quedaba sí o sí, ni sus reuniones y las de su representante. Si de verdad David se quería quedar, todo hubiera acabado en el momento que Manuel Llorente le colgó el cartel de intransferible, pero no fue así, el lado del Guaje siguió negociando con el Barcelona y eso era por algo.

En la rueda de prensa que ofreció ayer en Ermelo no dijo con rotundidad que su deseo fuera quedarse, se le escapó un "me convencieron", que pronto rectificó en un "bueno no, que yo ya estaba convencido", y se mordió la lengua cuando le preguntaron sobre si habían ofrecido poco por él: "Vosotros decís que soy uno de los mejores del mundo". Mensaje a los que no pasaron de 40 millones por él. Tampoco coló la explicación de su frase en Sudáfrica: "Tengo una decisión tomada", ni más contestaciones que Villa fue repitiendo para lanzar un mensaje oficial, pero entre líneas se leyó otra cosa que su profesionalidad le impide decir porque, y ahí sí dice la verdad, él ama al Valencia.