El enorme talento del que advertía la FEB ya está aquí

En el Mesón Txistu, que es como el lugar de reposo del guerrero —al menos el de celebración de los éxitos de nuestro baloncesto—, Ángel Palmi me ha dicho más de una vez. "Y ojo a las generaciones que vienen... sobre todo en categoría femenina". El director deportivo de la FEB sabe bien de lo que habla. Pero no es el único que advertía del aire nuevo, contagioso y lleno de triunfos que llegaba desde la cantera. También Alberto Gómez, un eterno de la FEB, o Evaristo Pérez, el seleccionador femenino absoluto, reconocían el enorme talento de esa savia nueva. El arsenal es tal que uno se pierde entre las escaleras que van de laSub-20 a la Sub-19, o de ésta a la Sub-18. Dudamos al ubicar a Marta Xargay, porque la catalana es capaz de jugar 18 partidos en 25 días y llevarse a casa dos platas en un abrir y cerrar de ojos (con la Sub-20 y la Sub-19). Juega al despiste con nosotros, como lo hace Leonor Rodríguez, que por la noche se cuelga el oro Sub-18 en Sodertalje, al día siguiente piensa ya en la concentración de la Sub-19 y, mientras, nos habla de su inminente aventura estadounidense en Florida State. "¡Una cosa de locos!", que diría nuestro querido Guasch.

No hay puertas para el talento y los nombres de Alba Torrens, Tamara Abalde o LauraNicholls, líderes de esas generaciones con medalla cada verano —de las que me hablaba Palmi—, encuentran ya el hueco en la Selección absoluta. Hay veces en que el árbol no nos deja ver el bosque. Aquí, Pau Gasol permite apreciar todo el verde de nuestro baloncesto.