Tras esto, el compañero se hunde

Tras esto, el compañero se hunde

Llegué a casa el sábado por la tarde y recibí la llamada de Juan Carlos González, ex doctor del Espanyol y amigo. "¿Te has enterado?", me dijo. No lo sabía, me quedé mudo. Entró mi mujer, luego, y rompí a llorar. Pensé en la familia, en cómo habría reaccionado ante tanta contundencia. No se podía disimular nada. Fue todo fulminante. Lo más importante es su entorno, los que pasaban el mayor tiempo con Dani, porque el fútbol, al fin y al cabo, no es nada cuando pasan estas desgracias. Es la peor noticia que tiene éste y cualquier deporte.

Si la afición está sumergida en un mar de lágrimas, imagínense como están los compañeros. Destrozados. Yo viví muertes de alguno en accidentes de tráfico. Se te viene el mundo encima. Llegas a pensar, por un momento, que ya no quieres jugar a fútbol, que no vale de nada porque sigues siendo frágil. Eso es lo que pasará ahora hasta que se suavice esta noticia. ¿Quién le va a decir ahora a un jugador que corra o que presione más a la izquierda? Es imposible. No tienes ganas de hacer nada, te sientes culpable y a la vez víctima Ahora queda despedirlo y que el equipo se reponga. La afición tendrá mucho que ver en eso, lo está dando todo.