Tomadura de pelo en toda regla

Tomadura de pelo en toda regla

Voy a intentar escribir estas líneas, aunque, la verdad, me faltan palabras. He tenido que frotarme los ojos varios veces para terminar de creerme lo que estaba leyendo: Michael Schumacher ha pegado la espantá y ahora dice que le esperemos sentados... Una tomadura de pelo en toda regla. Estaba absolutamente convencido de que, una vez hecha pública su intención de regresar a la Fórmula 1, ya no había marcha atrás. Lo he escrito en repetidas ocasiones en estas páginas, porque me resulta inaudito que, con la que han montado, hubiera el riesgo de lo que ahora ha ocurrido, que se raje. Insisto en que, por supuesto, el alemán tiene todo el derecho del mundo a volver o no a las carreras y a que le duela el cuello, pero también que hay otra forma de hacer las cosas.

La solución era fácil. Schumacher se sube discretamente a un Ferrari, comprueba su estado de salud y, por último, se dice. Si no está en condiciones de correr, pues a otra cosa; que sí se ve para estar en Valencia, se hace público su retorno y todos tan contentos... como estábamos hasta ayer. Ahora no sólo nos hemos topado con una enorme decepción, sino que ha causado un perjuicio de proporciones mayúsculas principalmente a los organizadores del GP de Europa. Por no hablar de la imagen de chapuzas caprichosos que han dado tanto él como la escudería que ha auspiciado esta, en mi opinión, escandalosa e inadmisible mascarada. Ya digo que no me esperaba algo así, ellos mejor que nadie deberían saber que esto no es ningún juego...