La Selección de atletismo envejece. Lleva un tiempo haciéndolo y sus consecuencias pagamos, que de Pekín regresamos de vacío. A Martínez (34 años) las finales de peso se le hacen cuesta arriba desde 2004; Paquillo (32), tres veces subcampeón mundial y una olímpico, se llevó su segunda gran decepción seguida en un gran campeonato; Molina (30), que fue bronce en los Mundiales de 2005, ha entrado en regresión: 16º en los de 2007 y ayer 24º. Pero, al mismo tiempo, fueron otros veteranos quienes salvaron la actuación española en la primera jornada de los Mundiales: Marta Domínguez (33) se metió en la final de obstáculos, mientras Higuero (31) y Estévez (33) siguen en carrera en los 1.500, algo de lo que Casado (26) no fue capaz.

No parece, por tanto, cuestión de edad el hacerlo bien o mal, sino de preparación. Todos estos atletas demostraron en su día capacidad y talento; algunos parecen haber perdido estas virtudes y entonces vienen las decepciones. Porque sobre estos atletas recae el peso del equipo, no sobre los más jóvenes que están recibiendo en Berlín su bautismo en la alta competición. De momento quedamos en manos de Marta Domínguez, que no tiene mala pinta, y de Higuero y Estévez. La actuación de éste dejó muchas dudas. Tras correr con el freno de mano echado en las primeras vueltas, lo pasó mal cuando llegó la hora de la verdad. Pero al menos sigue ahí, que la experiencia es un grado. La que no tuvo Casado en su desastrosa carrera.