Zúrich merece nuestro boicot

Zúrich merece nuestro boicot

La Weltklasse de Zúrich es la reunión más elitista del atletismo. Allí se dan cita cada año los mejores atletas del mundo, generalmente después de cada gran campeonato, lo cual es un atractivo añadido pues se ven bonitas revanchas. Los atletas españoles nunca han tenido fácil acceso a esta reunión pues, como digo, es muy selectiva. En la preinscripción, antes de celebrarse los Mundiales, no figuraba el nombre de Natalia Rodríguez. Tampoco era de extrañar. Natalia tenía en esos momentos la 16ª mejor marca mundial y, sin ningún título que presentar, sus credenciales resultaban escasas. Pero el domingo cambió todo. La autoridad con que ganó en Berlín, descalificación aparte, justificaba su presencia en Zúrich.

Pero hete aquí que el organizador no quiere que corra. Como si de una apestada o una dopada se tratase. Es cierto que Natalia cometió una incorrección, y bien caro lo pagó, pero fue involuntaria. Nunca quiso tirar a Burka, simplemente calculó mal. Quiso meterse por un hueco por el que no cabía. Como hubo sanción es asunto olvidado. Mas no para Zúrich. Natalia tendrá que seguir pagando su culpa. No tendrá ocasión de volver a mostrar que es la mejor corredora del mundo. Zúrich merece el boicot del atletismo español. Pero desgraciadamente nuestra fuerza es limitada. No tenemos un Bolt, cuya ausencia devaluara la reunión. Sólo van Ruth Beitia y España. Zúrich no pierde nada si no acuden, pero sería un bonito gesto de solidaridad.