Con el Madrid en el segundo bombo...

Con el Madrid en el segundo bombo...

Será el 22 de mayo, sábado, por primera vez. Es buena idea, porque permitirá viajar a los aficionados con más margen y comodidad que un miércoles, como se venía haciendo hasta ahora. Y será en el Santiago Bernabéu. Hablo, ya saben, de la final de la Champions, cuyo sorteo para la composición de las liguillas se celebra esta tarde. Vamos con cuatro, entre ellos el campeón vigente, el Barça, y el campeonísimo histórico, el Real Madrid, que ve esa final en su propio campo con una mezcla de anhelo y de aprensión. Y están también el Sevilla y el Atlético, cargados igualmente de fuerza e historia.

El Madrid concurre en el segundo bombo, a causa de su mal desempeño en las últimas cinco ediciones (las que cuentan para el ranking que les ordena así), en las que cayó inusualmente pronto. Ese retraso en Europa es lo que tenía más inquieto al madridismo, que ha visto como agua de mayo el regreso de Florentino y su fabulosa inversión económica, que ha cambiado la fisonomía de la plantilla y hace pesar al Madrid en las apuestas tanto como al mismísimo Barça. En el ranking de méritos del último quinquenio el Madrid es undécimo, pero en el de la ilusión y las expectactivas es 'primus inter pares'.

Aún así, el Madrid ya sabe al acudir a este sorteo que en su grupo caerá uno de los cuatro grandes ingleses, o el Milán o el Bayern. Será un grupo tremendo. Barça y Sevilla lo tienen mejor, porque sus rivales saldrán de más abajo. El Atlético va en el bombo tres, pero ya se sabe que para él resulta igual lo difícil que lo fácil. Los cuatro tienen derecho a soñar. Hoy empieza una nueva Champions, ese gigante crecido a partir de la vieja Copa de Europa. Es, quizá, el mayor espectáculo del mundo. El Madrid se ha propuesto recobrar el trono. Viene de más atrás que nunca: por eso ha cogido tanto impulso.