Día de tormenta de noticias en el fútbol europeo, la principal de ellas el sorteo, que afecta a tantísimos. Bueno para el Madrid, buenísimo. De todos los del primer bombo, el Milán es en principio el más flojo y encima tiene tanto cartel como el que más. Luego, Marsella y Zurich. Viajes cortos, rivales menores. Peor le ha ido al Barça, justo lo contrario: el más fuerte del segundo bombo, el Inter, con Etoo, y viajes largos, al frío. Bien para el Sevilla y bien para el Atlético, dentro de lo que se podía esperar desde el tercer bombo. No hay que olvidar que para pasar basta con ser segundo. El enemigo es el Oporto.

El día también nos trajo el pase del Athletic tras un difícil partido cerca del Ártico, sobre césped artificial. No será partido que añada grandes laureles al histórico club, pero había que pasarlo y se pasó. Con el Valencia y el Villarreal, vamos íntegros a la nueva Europa League. Pero, aun con todo eso, la noticia más consultada y comentada en la web de AS fue el pase de Robben al Bayern. Para muchos madridistas ha sido un jarro de agua fría porque es un jugador especial, que tiene algo que no se encuentra mucho: el desborde. Y sin embargo la operación es comprensible, si se tiene en cuenta todo.

Los 250 millones de inversión necesitaban más equilibrio en ventas. Desde esa óptica es sensato, aunque es evidente que la plantilla pierde un buen valor, vender por 25 millones a un suplente de ficha alta. Además abre un resquicio a la compra a última hora de Ribéry, que sí merecería cualquier esfuerzo, porque es 'jugador inversión'. Es lícito pensar que Robben es una pérdida, porque lo es. O incluso Sneijder. Pero no se puede tener todo. Y, siendo sinceros, si hace dos meses te sugieren que pueden venir Benzema por Huntelaar, Kaká por Sneijder y Cristiano por Robben, ¿alguien hubiera puesto pegas?