Una jornada para el pirateo por internet

Una jornada para el pirateo por internet

Comenzó la Liga, con calor y algunas sorpresas. Calor porque lo hace y porque los horarios se han adelantado respecto a otros años. Era tradición que en las primeras jornadas no hubiera partidos hasta las siete. Esa tradición se ha roto en pro de abrir los horarios televisivos. Es algo de lo que se queja mucha gente. En general, de la televisión nos solemos quejar todos, lo mismo antes cuando había sólo una, que ahora que hay muchas, pero la vemos. Y vemos mucho fútbol en ella. Y eso a su vez lleva mucho dinero al fútbol y permite traer aquí a futbolistas formidables de cualquier parte. Y eso nos gusta.

Claro, que el que va al campo lo sufre, porque ha ido viendo cómo le alborotaban los horarios y los días y ahora le castigan con un calor que antes le evitaban. Un jefazo de la Liga me decía ayer que a cambio de eso le ponen delante mejores jugadores cada vez, y eso es muy cierto. Nunca ha habido tantos internacionales de tantos países jugando en cualquier equipo español como los hay ahora. ¿Compensa? Quizá progresivamente vaya habiendo menos gente en los campos y más ante la tele, pero por ahora ocurre lo segundo pero apenas lo primero. La gente del estadio es fiel, lo resiste todo. Por ahora.

Pero, enfocado como está el negocio cada vez más a la tele, ayer se dio un tiro en el pie, porque aunque al final todos los partidos estuvieron en oferta, de algunos no se supo hasta última hora y la mayoría fueron vistos por canales que no son los que habitualmente usa el aficionado. Así que el mismo personaje de la Liga se lamentaba de que ayer se le dio un empujón al pirateo por internet. Lo que hasta ahora era el recurso semiclandestino de unos pocos adelantados, se elevó ayer a necesidad investigada por muchos, que ahora saben el camino para ver fútbol sin pagar. Urge la paz de las teles. Las guerras las pierden todos.