La Vuelta es una gran Vuelta

La Vuelta es una gran Vuelta

La Vuelta ha tenido que salir fuera, lejos, muy lejos, para darnos cuenta de que tenemos una gran Vuelta. Holanda estos días y Bélgica ayer han estado encantados de recibirla. Hasta han pagado por ello. Y estos países, que son catedráticos del ciclismo, que han sido anfitriones del Tour y también hasta del Giro, han despedido a la Vuelta con un hasta luego. Han visto que en cuanto a organización la Vuelta no está por debajo de ninguna de las otras dos carreras, en absoluto. Eso lo han valorado, y mucho. Con la diferencia de que llevar el Tour a Holanda y Bélgica es cuestión de horas, y hacerlo desde España obliga a poner un día de descanso, el de hoy, entre medias para que mañana la caravana pueda estar de nuevo en marcha.

Y es que trasladar la Vuelta a 3.157 kilómetros de distancia de Madrid, como rezaba un cartel sobre la cima de montaña virtual del segundo día, supone mover 2.000 personas y 40.000 toneladas, pues en la Vuelta se lleva a todas las salidas y metas hasta la escoba que luce el coche-escoba. Un reto colosal en cuanto a infraestructura que ponía en juego la capacidad organizativa de una empresa que pasea el nombre de España por el mundo. Pues la gira de la Vuelta, vista al principio con perplejidad y escepticismo, cabe considerarla como un éxito más del deporte español. Desde ahora debemos agregar otro nombre a nuestra nómina de campeones: selecciones de fútbol y baloncesto, Gasol, Nadal, Alonso y... la Vuelta.