Vuelve Sergio Ramos tras una inesperada y larga lesión veraniega. Viene a ser un fichaje galáctico para multiplicar el potencial del nuevo proyecto. Lo será, sobre todo, si Pellegrini consigue sacar lo mejor del lateral, recuperando aquel soberbio nivel derendimiento que Ramos fue perdiendo la pasada temporada como un globo pinchado. Probablemente el sevillano atravesó una mala racha, sumido en situaciones confusas dentro y fuera del campo. Aquello debería pasar a la historia para este bravísimo lateral, que reúne condiciones naturales para entrar como un cohete en el Madrid y en la Selección.

Ramos disfrutará en este equipo, pero también le tocará sufrir. Pellegrini le quiere de carrilero largo, siempre con vocación ofensiva. Y eso será divertido para Ramos haciendo pareja con Kaká (o en ocasiones con Cristiano) en busca del área enemiga. Pero no puede olvidar la marcha atrás, porque este Madrid va a encontrarse a menudo desnudo en defensa. A Ramos le espera mucho trabajo y a la vez, si se pone las pilas, mucho lucimiento. Es su oportunidad para relanzarse como jugador de elite.