Sí, hoy juega España, pero visto lo relajados que están en las vísperas los estonios, no puede emocionarme demasiado el partido. Ya sé que nada está ganado de antemano, pero nuestra Selección está tan embalada y el rival amenaza tan poco que no consigo preocuparme. España tiene al menos docena y media de jugadores de verdadera categoría y falta un pelo para que nos clasifiquemos para el Mundial. Bastará con ganar hoy y con que Bosnia no gane a Turquía. Y si Bosnia gana a Turquía, nos faltará sólo un punto más. Así que disfrutemos esta noche en Mérida y con Mérida, y a otra cosa.

Más me preocupa el movimiento equívoco que ha hecho el Madrid fichando a un árbitro. En función de no se sabe bien qué, Butragueño no nos lo supo definir bien del todo, pero viene a ser algo así como acompañante de los árbitros. Comecocos, pensarán los malpensados. Cuando colgamos la noticia en la web recibimos de inmediato miles de visitas y centenares de comentarios, casi todos ellos de jubilosos antimadridistas que venían a decir: ahí les hemos cazado. Madrid más árbitros igual a títulos. Dos más dos igual a cuatro. ¿Para qué un árbitro en nómina si ya los tenían a todos? Y así sucesivamente...

No hay nada que haga más feliz a los antimadridistas que cualquier confirmación de la vieja leyenda de favoritismo arbitral. Ni nada que más les desconcierte que las evidencias que ha acumulado el villarato de lo contrario: de protección al Barça y severidad para con el Madrid. Bueno, pues con Megía el Madrid no se va a proteger del villarato. Más bien al revés: los árbitros tratarán de mostrarse más valientes todavía con el Madrid, para demostrar que el flamante comecocos no les influye. Con este movimiento lo que hace el club blanco es dar pábulo a la vieja leyenda y hacer felices a quienes la sostienen.