Siempre se ha dicho en la isla aquello de por qué empresarios mallorquines, entre ellos los dueños de las grandes cadena hoteleras, no ayudaban al Mallorca. La experiencia de Barceló queda ya lejana en el tiempo, cuando fue uno de los accionistas principales del Mallorca en segunda división, a comienzos de la década de los 90. El hecho de invertir sin la recompensa de volver a Primera División que sufrieron los Barceló quizá fue traumática. Luego varios hoteleros volvieron a invertir en el Mallorca en 2003 a fondo perdido. A cambio el Mallorca estaba obligado a corresponder con una gestión seria, algo que no siempre se ha dado. Es sintomático que Meliá ayude ahora que el club bermellón tiene una nueva propiedad.

Lo que es cierto es que la llegada de Meliá al Mallorca es una buena noticia para el club y para su imagen. Aunque sea una colaboración algo testimonial, por algo se empieza, y además, viniendo de donde viene el Mallorca ya es mucho. Pensemos que el Mallorca hace unos meses estaba por los suelos y su imagen y prestigio como institución no podía estar peor. En el Mallorca hay mucho por hacer, pero por algo se empieza.