Una inyección de optimismo

Una inyección de optimismo

Sé que los jugadores de la Selección de baloncesto han cambiado el chip. Antes de comenzar el Eurobasket sólo hablaban del oro. Tampoco podía ser menos. Ellos, campeones del mundo y subcampeones olímpicos y europeos, no iban a decir que su objetivo era clasificarse para los cuartos de final y después ya veríamos. Pero ahora sí. Después de lo mal que lo han pasado, después de verse al borde del abismo, han optado por ir paso a paso, partido a partido. Ayer ganaron a Polonia con enorme autoridad. Como corresponde. Pues hoy toca Francia y ya no quieren ver más lejos. Hacen bien. Y eso que el viento ha cambiado radicalmente. Si el arranque del Eurobasket fue un despropósito, ahora da gloria verlos.

¿Y qué ha cambiado? Sobre todo el sistema de juego. Llevamos dos partidos en los que los jugadores han tomado la iniciativa. No quiero decir que ignoren a Scariolo, pero sí que en muchas acciones han renunciado al juego estático y a los sistemas largos que implantó el seleccionador en la primera fase. La Selección ha recuperado su estilo y Scariolo se ha adaptado a él. Los jugadores han ganado en confianza, se les ve disfrutar y defienden con mayor concentración porque las recuperaciones les van a llevar a ataques rápidos, que es lo que les gusta. Y si hace unos días el juego de la Selección no ilusionaba, ahora nos ha dado una inyección de optimismo. Hoy será otra final y de resultado incierto, pero desde luego se afronta con otro talante.