Y no me refiero sólo al de baloncesto, que esta generación de jugadores vuelve con medallas en cuantas competiciones participa. También hay otro deporte en el que somos capitanes generales. Es el ciclismo, que no lo ha tenido tan fácil como el baloncesto, porque su Gasol fue el Indurain de los años 90 y aún no tiene sucesor aunque Contador está en ello. Por eso de que quiere ser como Indurain no ha corrido esta Vuelta. Y es una pena. Por lo que se ha visto la hubiera ganado fácil. Pero Contador quiere ahorrar esfuerzos. Una Vuelta de más es un Tour menos, según creencia del ciclismo moderno. Valverde ha tenido de esta manera el camino expedito. Su victoria se une a la de Contador en el Tour y al tercer puesto de Sastre en el Giro.

Continúa así la hegemonía del ciclismo español tras ganar el año pasado Contador el Giro y la Vuelta, Sastre el Tour y Samuel Sánchez los Juegos. Lástima que el campeón olímpico no diera más guerra a Valverde en esta Vuelta. O que éste no ganara con mayor autoridad. Lo ha hecho atrapado a las tácticas pinganilleras, sin ganar una sola etapa. A la carrera le ha faltado épica. Hemos visto a los ciclistas retorcerse en las rampas del Xorret de Catí y La Pandera, pero poco más. Eso ha quitado foco a la Vuelta, pero puede presumir de podio. Porque Valverde, por fin, ha ganado una grande, Samuel Sánchez es el campeón olímpico y Evans y Basso han sido podio del Tour. Al final los buenos han estado arriba y más alto que ninguno, los nuestros.