La genética hace algún milagro

La genética hace algún milagro

Lamberto Boranga es un caso único, vaya esto por delante no sea que algún contemporáneo suyo sienta el efecto llamada y tenga el capricho de saltar de nuevo al campo en la frontera de los 70 años, algo altamente no recomendable. No conozco al doctor Boranga, querido colega, pero problablemente estamos ante un hombre que conoce perfectamente sus limitaciones físicas no sólo como ex jugador profesional, sino también como médico cardiólogo. Con todo, creo que también tiene la suerte de poseer una genética mágica y única. Porque su hazaña es prácticamente irrepetible.

Podemos encontrar la explicación en años de entrenamiento, descanso y dieta estrictos y constantes. Y también en su ADN. Con todo, su aparición será breve. Porque aunque disfrute de una sorprendente capacidad cardiorespiratoria, no podrá luchar contra el desgaste de su aparato osteo-muscular. El fútbol es deporte de contacto, y aunque Boranga resista 90 minutos en la portería (lo que ya es una hazaña digna de Superman) no resistiría el choque contra un chaval.