Cristiano, Messi y el Balón de Oro

Cristiano, Messi y el Balón de Oro

A la media hora de partido, Víctor Santamaría, realizador de Canal +, tuvo la buena idea de salpicar el juego con una batería de caras y gestos de los aficionados de El Sardinero. Atónitos, tristes, las manos en la cabeza, mirándose los pies. Abajo, el Barça ganaba por cero a tres y tocaba, tocaba, tocaba. Sobre el minuto 35 vimos una de las posesiones de balón más largas que recuerdo. El Racing esperaba, mirando, sin atreverse a perseguir el balón, porque sabía bien que todo intento iba a ser burlado con el toque justo, que buscar el balón equivaldría a encontrar el vacío. ¿Qué hacer, se preguntaban?

El Barça juega endemoniadamente bien, tanto que su presencia ya cohíbe a los rivales. Se puede hacer un esfuerzo tremendo para presionarles y perseguir, pero se paga luego en fatiga, así que al final te van a golear. O se puede no hacer el esfuerzo y simplemente parapetarse y verlas venir, pero entonces te golean antes, en la primera media hora. El caso es que salir a jugar contra el Barça es para la mayoría de nuestros equipos como subir al patíbulo. Por su juego colectivo y por las individualidades que tiene, dos de ellas arriba, Messi e Ibrahimovic, esos magos del balón. Son el terror de las áreas.

El próximo balón de oro juega en España, de eso no hay duda. Lo que no sé es si será Messi o Cristiano. Anoche me acosté pensando que el primero, espero esta noche acostarme pensando que el segundo. Messi es un genio del regate corto, el cambio de dirección, la visión y la capacidad para ponerla en los rincones. Cristiano es un fenómeno físico y técnico, de carrera incontenible, disparo tremendo, llegada, cabezazo y magníficos tiros libres. Es una suerte tenerlos a ambos aquí. Y a Ibrahimovic, que, por cierto, sale a gol por partido. Y a Kaká. Y a Xavi, que mueve la rueda. Es una suerte tener al Madrid y al Barça.