Fórmulas para el milagro

Asegurar que el Málaga va a ganarle al Barça sería una temeridad o algo más. Pero peor, mucho peor, sería salir entregado, enseñando bandera blanca: "No nos goleéis". El Barça es una máquina, pero también es de carne y hueso. Se le vio en Getafe, donde apareció con un equipo menor y estuvo seriamente preocupado hasta que aparecieron sus tenores. Es posible que Guardiola, con la Champions a la vista, repita el plan de aquella segunda jornada. El Málaga ya sabe qué tiene que hacer: morder.

Y también lo sabe Muñiz, el entrenador que más problemas puso al Barça el año pasado. En el Camp Nou empató a uno y tuvo el partido en la mano en los últimos cinco minutos. Y en Santander se vio con tres puntos (ganaba 1-0) hasta que Messi se puso en faena. El plan no tiene secretos: moverse detrás del balón, asfixiar, hacer mil ayudas, ser agresivos, tener puntería. Y, como dijo un día Lotina, rezar. El Málaga necesita echarle el aliento en el cogote al Barcelona. Necesita de su gente. Y especialmente, la actitud del primer día ante el Atlético. Sin humildad, sin dejárselo todo como el año pasado, sin el cien por cien, no es nadie. Incluso así puede perder con el Barça, pero nadie se lo reprochará.