Si Ferrari no ha logrado ganar esta mañana en Japón, seguirá con una sola victoria esta temporada. Incluso tendría comprometido el tercer puesto en la clasificación de constructores. Habría que remontarse al menos quince años para encontrar una clasificación peor en Ferrari. Por eso Ferrari ha recurrido a Alonso como el único piloto capaz de devolver a esta escudería la hegemonía que disfrutó en los tiempos de Schumacher. Con Massa y Raikkonen no le fue mal del todo, que en 2007 ganó nueve carreras y en 2008, ocho. Pero este año la evolución del coche no ha sido satisfactoria y en ello tiene que ver mucho el piloto. En este sentido, Alonso tiene virtudes acreditadas para sacar al coche lo mejor que pueda tener.

Gasol en los Lakers y Alonso en Ferrari. Es como para sentirnos orgullosos. El equipo de baloncesto con mayor carisma del mundo y la escudería por excelencia de la Fórmula 1 confían en dos deportistas españoles para seguir renovando sus títulos. Pues si con Gasol los Lakers han vuelto a ser los más grandes, veo a Ferrari el año que viene ganando tantas carreras como con Schumacher. Fueron una barbaridad. Sólo en 2002 se impuso en quince carreras de diecisiete; dos años después volvió a ganar otras quince, esta vez de dieciocho. A Alonso se le abren las puertas de la leyenda. Su ambición no es menor a la de Ferrari. Juntos pueden dominar el calendario de principio a fin. Como en los tiempos de Schumacher. ¡Qué llegue ya 2010!