Cristiano, entre Diawara y Pepe 'El Brujo'

Cristiano, entre Diawara y Pepe 'El Brujo'

Entre Diawara y Pepe 'El Brujo' tienen a Cristiano con el astrágalo averiado. El astrágalo es un huesecillo ignoto que ya le dolió a un ilustre madridista de ochenta años atrás, Gaspar Rubio, tipo singular. Un genio, gracias al cual ganamos en su día a Inglaterra 4-3 (día de San Isidro de 1929), primera derrota de los orgullosos 'pross' en el continente. Pero era un genio discontinuo y displicente, que inventó las primas a base de exigir dinero en el descanso, bajo amenaza de no jugar porque le dolía el astrágalo. Aquello sonó a camelo y por eso dejó de ser el 'Mago Gaspar' y se le motejó como 'El Rey del Astrágalo'.

Pues resulta que el astrágalo existe y que le duele a Cristiano, lo que es desagravio a la memoria del Mago Gaspar. Diawara dice que lo siente, envía un elogio sincero a Cristiano y asegura que no fue penalti. Él sólo pasaba por allí como el expreso de Irún, pero iba al balón, afirma. Descartado el primer sospechoso nos queda, en principio, Pepe 'El Brujo', natural de Antequera, centro geométrico de Andalucía, bella ciudad al pie de una roca que parece el perfil de Manolete. ¿Y por qué habría de hacer tal cosa el tal Pepe? 'Cherchez la femme', decían los inspectores franceses, ante cualquier crimen: buscad la mujer.

Y sí. Pepe afirma haber recibido tan siniestro encargo de una mujer despechada. ¿Y qué se hace en ese caso? ¿Se le puede detener y encarcelar o la magia negra no está en el código penal? Y si va a la cárcel, ¿no se enfadará más y redoblará sus negras influencias? Así que mejor pensar que es un camelista en busca de fama, como aquel que en 1959 se apuntó el mérito de dos malos resultados del Madrid, empate en casa contra el Athletic y derrota en Sarriá, y exigió dinero para levantar la maldición. Bernabéu no pagó, el Madrid ganó 10-1 a Las Palmas y ahí se esfumó el tipo, cuya popularidad fue intensa pero fugaz.