Tolerancia cero es la francesa

Tolerancia cero es la francesa

Se ha presentado el Tour 2010 justo al día siguiente de saberse que la Fiscalía de París investiga jeringuillas y medicamentos sospechosos utilizados por algunos equipos durante la carrera de este año, el Astaná entre ellos. No me creo que la filtración en vísperas de esa presentación fuera casual. Una de las estrategias de la lucha antidopaje es precisamente provocar la sensación de que el cerco se va estrechando tanto que los tramposos no tendrán escapatoria. Y ayer los mejores ciclistas del mundo sintieron esa sensación. Se presentaba un Tour magnífico, colosal por rendir homenaje a los Pirineos, pero lo que se preguntaba a los corredores era sobre la investigación que se ha abierto por esas jeringuillas y medicamentos.

Pues tolerancia cero es eso. Al enemigo, ni agua. Ha habido tanto abuso, tanta complicidad, tanto drama, que quizá paguen ahora justos por pecadores. Es un precio muy alto, pero fue el ciclismo con el escándalo del Tour de 1998 quien provocó la creación de las agencias antidopaje. De la nuestra, por cierto, seguimos sin tener noticias. La francesa no para de buscar pruebas y meter presión, mientras la española teoriza y firma convenios en vez de actuar. La pasividad se produce bajo el beneplácito del CSD, el Consejo General de Médicos, el Instituto de Toxicología y los ministerios de Educación, Economía, Administraciones Públicas e Interior, que forman parte del Consejo Rector, y eso es lo grave, que todos estén encantados de no hacer nada.