Nace una ascensión terrible

Nace una ascensión terrible

La Vuelta prepara un sorpresón para el próximo año: la subida hasta la Bola del Mundo. El puerto de Navacerrada se transformaría de esta manera en un coloso de primera magnitud. La subida a la Bola del Mundo está ahí desde los años 50, cuando se instaló en la cima un repetidor de televisión; para ello se abrió una pista que posteriormente recibió una capa de cemento y la hizo practicable. Sólo los más osados se atreven a subirla en bicicleta, único medio de locomoción permitido para llegar hasta la Bola del Mundo. Pero es tan continuada la ascensión y las rampas tienen tal pendiente, que es mejor subirla andando. Tampoco se va a tardar mucho más (unos diez minutos), salvo que quien suba en bicicleta sea un fuera de serie.

El ciclismo necesita recorridos así, que inviten a la gesta y estén reservados a los héroes. Como el del Angliru, al que han bastado cuatro ascensiones para convertirse en un mito y situarse a la altura del Tourmalet y el Mortirolo. Pues el modesto puerto de Navacerrada, con la ampliación hasta la Bola, competiría con estos gigantes. No se trata de sacar a los ciclistas hasta la última gota de sudor, sino de proporcionarles un escenario apto sólo para los más grandes. La ascensión a un ritmo medio no le supondrá ninguna agonía para cualquier ciclista profesional, y de hecho más de uno ya la ha subido en entrenamientos, pero eso sí, quien quiera ganar no podrá reservar nada. Ese será precisamente el desafío: ganar a cambio de dar cuanto se tenga.