Raúl sin galácticos y el Valencia sin Villa

Raúl sin galácticos y el Valencia sin Villa

Raúl, Raúl, siempre Raúl. Empezó la cosa con Florentino y Valdano sobre el campo, para entregarle un recuerdo, la reproducción de una estatua muy significativa que adorna desde mucho tiempo atrás el vestuario del Madrid, porque ya se ha convertido en el jugador del club con más partidos: 711. Partido sin galácticos, con Cristiano lesionado, Kaká cansado, Benzema despistado... También sin Higuaín, cansado como Kaká. La alineación estaba muy remendada por delante, tanto que jugó Van der Vaart. Pero en 20 minutos ya ganaba el Madrid por dos a cero, dos buenos goles de Raúl, buenos de verdad.

O sea: cada vez cuesta más dudar de él. Cuando los otros no estaban, él sí estuvo y sus dos goles valieron, en definitiva, la distancia final en el marcador. Ya ha alcanzado en la tabla histórica de la Liga a César, venerable delantero del Barça de las Cinco Copas, miembro de la delantera que cantó Serrat: Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. Leonés ilustre, cuyo eco quizá tenga algo que ver en que Zapatero sea culé. Bueno pues a ése ha alcanzado. Ahora va a por Di Stéfano, Hugo Sánchez y, allá a lo lejos, Zarra. ¿Quién puede ya negarle su derecho a intentarlo? Hasta que tú quieras, Raúl. Me rindo otra vez.

Por cierto, que Messi sí jugó en Valencia, partido de aúpa, en contraste con Kaká e Higuaín. Un buen Valencia apretó mucho al Barça, hasta que se cansó, hacia la hora de partido. Hubo vibrantes llegadas de esos jugadores-avispa que agitan la delantera valenciana, pero faltó el gran rematador, Villa, un delantero como hay pocos. Por su ausencia la noche no tuvo goles. Partido sin goles, partido sin alborozos. Era el partido de La Sexta y el vacío del marcador se asocia inevitablemente con el que sentimos tantos y tantos al saber que nunca más disfrutaremos la sonrisa de Andrés Montes. Adiós, amigo.