Cuando Crivillé ganó hace diez años el título mundial de la categoría reina -por entonces los 500cc- estaban él, Gibernau, Carlos Checa, Borja, De Gea y Cardoso. En total, seis españoles en la parrilla. Los tres últimos fueron desapareciendo progresivamente tras esporádicas actuaciones, mientras Checa continuó compitiendo hasta hace dos años y Gibernau, tras retirarse en 2006, volvió a aparecer en las primeras carreras de este año. Extinguida la generación de Crivillé ha llegado la actual, que forman Lorenzo, Pedrosa y Elías. Y no hay más. Por el camino se fueron quedando Riba, Xaus, David Checa y Fonsi Nieto, quienes, al igual que Aleix Espargaró en este final de temporada, se subieron con mayor o menor regularidad a la MotoGP.

Pues, la verdad, no ha habido mucho en el periodo post-Crivillé. De los que se fueron, sólo Gibernau y Checa aguantaron con consistencia; de los que llegaron, sólo se han mantenido Lorenzo, Pedrosa y Elías. Cinco pilotos en diez años son muy pocos, y 21 victorias entre todos ellos, menos aún, porque carreras en estos diez años, que ya son once contando éste, ha habido 181. Por extenso que haya sido y esté siendo el reinado de Rossi, los herederos de Crivillé no han logrado estar a su altura. Gibernau acabó desquiciado, Checa anduvo siempre muy alejado, como Elías, Pedrosa parece estar rajándose y para Lorenzo, Rossi sigue siendo mucho Rossi. Todo esto hace valorar aún más el título de Crivillé, todo un campeón.

Jueves, 22