La mayor historia jamás contada

La mayor historia jamás contada

Partido macho y corajudo bajo la lluvia de El Molinón, pero partido sin goles. Casi estéril, por tanto, aunque menos para el Sporting. Hemos presentado tanto esta temporada como un paseo militar en paralelo del Madrid y el Barça que empatarles a cualquiera de los dos ya es un triunfo y así lo tomó Preciado. Su equipo hizo un esfuerzo serio, desde luego. Jugó de tú a tú la primera parte; en la segunda se parapetó, porque las piernas y los pulmones no le daban para más. Y como se parapetó bien y su portero, Juan Pablo, estuvo magnífico, sacó un punto que le vale. Al que le vale menos es al Madrid.

Al Madrid le faltaban muchos, sobre todo arriba. En especial Cristiano, cuya salida del equipo ha dejado en evidencia la realidad cruda: todo está por hacer. Pero con algún delantero más quizá hubiera llegado ese gol que buscó con una disposición magnífica en la segunda parte, yendo y yendo una y otra vez cuesta arriba hacia la portería local. En ese sentido, esta vez no hay reproche. Si el miércoles decepcionó que el Madrid no acogotara al Milán tras el 2-2, ayer dio una impecable muestra de esfuerzo, de deseo de ataque, de alergia a la resignación. Y hasta consiguió un gol, cuya anulación no tengo clara.

Pellegrini sigue buscando. En la primera parte hasta se abrió a los extremos. En la segunda volvió al 'cuadrado mágico', o así. Y mientras aparece o no aparece la fluidez, lo que sí ha llegado es una atosigante epidemia de lesiones. Ayer se sumaron dos, Garay y Xabi Alonso. A ver si éstos no tardan tanto en curarse, porque ésa es otra. En fin, mientras esto mejora, consuélese con la serie de los grandes triunfos europeos que les ofrecemos con AS, que bien podríamos haber titulado 'La mayor historia jamás contada'. Aquellos buenos tiempos volverán pronto. Y mientras vuelven, endulcemos la espera.