La espera y el paso al frente

La espera y el paso al frente

En el debate en torno a la trayectoria de Ustaritz, el asunto de su tendencia a lesionarse con una frecuencia superior a lo que se considera normal, aparecía como uno de los argumentos de peso. Desde que debutase deprisa y corriendo de la mano de Javier Clemente (acababa de recuperarse de una fractura de mandíbula) se valoraron sus condiciones para convertirse en un valor fiable, apreciación que con el paso del tiempo no ha llegado a plasmarse en una realidad. Tanto es así que habrá gente que ya no le espera, que no espera a aquel defensa rápido, con una formidable capacidad de anticipación, que cautivó en el año de su estreno en Primera.

Desde entonces ha tenido de todo, también unas cuantas estancias en la enfermería, pero asimismo actuaciones que servían para que no se acabase de perder la pista del chaval que asumió con naturalidad, sin problemas y con éxito, media vuelta completa de Liga. Lo que no se ha vuelto a ver es a Ustaritz con esa presencia constante en las alineaciones. Ahora el destino ha querido otorgarle una oportunidad para volver a demostrar que puede responder a un reto de ese calibre.

Es una obviedad que Joaquín Caparrós prefirió de entrada apostar por otros centrales, así como que en el primer año del utrerano, Ustaritz ofreció un buen rendimiento que no le sirvió para hacerse un sitio. A sus 26 años, es posible que le haya llegado el momento de dar el paso al frente. Más que antes, ahora depende de él.