Ya saben: el fútbol está revuelto porque existe la intención de cambiar esa norma por la cual los profesionales extranjeros cuyos ingresos anuales superen los 600.000 euros venían tributando sólo un 24%, en lugar del 43%, índice máximo de tributación en España. Aquello lo introdujo en su día Aznar con el fin de atraer profesionales de gran categoría, y de cualquier ramo, a España. Pero como coincidió con la llegada de Beckham aquello pasó a llamarse 'Ley Beckham' y pareció estar hecho sólo para el fútbol. No es así, pero ha sido ahora, con la llegada de Cristiano, cuando ha reflotado el asunto.

Y resulta que el PSOE, que anda pidiendo apoyos parlamentarios, se encuentra con que Izquierda Unida y el Bloque Nacional Gallego están dispuestos a dárselo a cambio, entre otras cosas, de que quite ese estímulo a la excelencia, que hiere sensibilidades sobre todo si se trata del fútbol y del Madrid. No sólo el Madrid se ha beneficiado de eso, sino muchos otros en el fútbol y fuera de él, pero este país es así: va de Beckham a Cristiano, obispos de por medio y tiro porque me toca.

El caso es que tal estímulo a la excelencia está en globo, no sólo en fútbol, sino en todo. Y la Liga se resiente y amenaza con parar. Ese paro no sería huelga, sino un cierre patronal difícil de justificar. ¿Por qué el paro? ¿Porque nuestros clubes dejan de tener una ventaja competitiva con respecto a los de su entorno? A fuer de sincero, les diré que como director de un periódico deportivo estaba encantado de que estos Cristiano, Ibrahimovic y demás pudieran venir aquí con más facilidad que ir a otros lados. Pero coló mientras coló y ya no cuela. Lástima. Desde ahora habrá que competir con el resto de Europa sin ventajas. Sólo eso. Y consolarse pensando que los de aquí, que tributan el 43%, también son buenos. Tanto que ganaron la Eurocopa.