Munitis no sigue siendo aquel

Munitis no sigue siendo aquel

El del 22 de abril de 2000, quiero decir. Casi nadie es el de hace diez años. Desde luego, Pedro no. Ese día, en el Bernabéu, firmó su partido más memorable liderando un Racing que humilló al Real Madrid. 2-4 al final, y lo mejor para los merengues fue el resultado. La hinchada blanca entera, ese día, se enamoró del jugador del Barrio Pesquero. Eléctrico, rápido, descarado, intenso, valiente, duro, desequilibrante. Así era Pedro Munitis Álvarez a los 24 años. Por eso lo fichó aquel verano el Madrid pagando 2.300 kilos. De entonces. Luego, ni lo valoraron ni lo aprovecharon. Ni el club, ni la prensa capitalina.

Hoy regresa, con 34 años cumplidos, al lugar del crimen. Y lo hace con el brazalete de capitán en su brazo izquierdo. Sigue teniendo casta, orgullo, intensidad, dureza y ahora, además, tiene tablas y entiende el fútbol mejor, más colectivamente que entonces. Pero, claro, ya no es la bomba que era. Ha perdido explosividad, rapidez, capacidad de desequilibrio, uno contra uno. Lo normal, vamos. Pero que nadie se equivoque: en el campo sigue siendo el líder de este equipo y, créanme, daría un brazo por volver a liarla en el Bernabéu.

P. D: de los supervivientes de ese partido (Casillas, Raúl, Colsa y Munitis) únicamente Iker sigue siendo aquel. Creo. Ley de vida, probablemente.