La cúpula del atletismo, reunida ayer en Montecarlo para nombrar a Usain Bolt y Sanya Richards mejores atletas del año, anda preocupada por la crisis y porque su deporte no termina de arrancar. La crisis ha traído menos dinero de los patrocinadores y de las televisiones. También hace examen de conciencia y llega a la conclusión de que tiene que mejorar el producto. Un gran campeonato al año es poco que ofrecer. Pero el atletismo es así, de momentos puntuales, porque al atleta se le exige lo mejor de sí mismo y superar el 100% de su estado de forma sólo lo puede conseguir una vez al año, salvo contadas excepciones. Por eso el atletismo va a tratar de hacer su gran campeonato más atractivo para las televisiones.

Para empezar, nada de mínimas de participación. Que cada país presente un cupo de atletas por prueba según la clasificación mundial, para que ninguno de los mejores se quede fuera. Otra novedad que se estudia es que el campeonato mundial o continental correspondiente cierre la temporada. Actualmente se sitúa en la mitad, de lo cual se favorecen las reuniones que ofrecen las grandes revanchas del campeonato habido. Pero esto son pequeños guiños, nada más. Ya se ha inventado una liga los viernes con la Golden League y próxima Liga de Diamantes, se han penalizado las salidas nulas, se ha probado la eliminación de los doblados... Al final todo se reduce a 10 segundos. Cuando Bolt detiene el mundo corriendo en pos del récord.