Queda mucha tela por cortar

Queda mucha tela por cortar

Una sola detención, un solo registro, vale más que miles de controles en los laboratorios. Éstos serán necesarios, por supuesto, dan legalidad a los positivos y sirven de freno a la barra libre. Pero las redes de dopaje se desmontan cuando la policía llama a la puerta e interviene por orden judicial. Ahí quienes estén implicados se caen con todo el equipo. Más de un deportista no pegará ojo estas noches. Porque si hay un médico y hay unas sustancias dopantes, los receptores serán los deportistas. Han comenzado a salir nombres. Pero hay que moverse con cautela. La policía investiga y el juez decide. Me aseguran que en esta operación hay mucha materia para tirar del hilo. Un auténtico filón. Se llegará hasta donde el juez quiera.

Las autoridades deportivas están de momento paradas. Tampoco tienen capacidad sancionadora si no hay positivos. Y no los hay, aunque si Paquillo tenía EPO queda en una situación complicada. Como él, muchos deportistas están sometidos ahora a una presión extraordinaria. ¿Qué contarán los detenidos? ¿Qué encontrará el juez? Quienes hayan tenido contacto con Virú se lo tienen merecido. Virú pertenece a esa casta de druidas que quedó marcada desde el caso Manzano. Fue Fuentes, fue Maynar, es ahora Virú. Se avanza, pero despacio. Beltrán, Dueñas, Moreno, Landaluze, Guerra, Nozal, Astarloza, Onyia, Centeno... Demasiados positivos sin saber quiénes estuvieron detrás. Son delitos que quedaron impunes. Salvo que Virú tenga la clave.