¡Ay si Odriozola hablara!

¡Ay si Odriozola hablara!

José María Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo, sigue callado ante el mayor escándalo que ha tenido el atletismo español. El nombre de Paquillo, el mejor atleta español de todos los tiempos después de Cacho por cantidad y calidad de medallas, está en todos los medios. Españoles y extranjeros. Lo suyo no es un positivo, es la posesión de EPO en su domicilio, lo cual es peor por la repercusión social que adquiere la noticia. Odriozola calla, refugiado en esa posición mojigata de legalismo de que mientras el proceso esté abierto, hablar está de más. Pero hay un hecho: la Guardia Civil ha entrado en la casa de Paquillo y para que un juez ordene un registro domiciliario es que hay más que sospechas, hay pruebas.

Pues Odriozola guarda silencio. Y podría contar muchas cosas. Este mismo año han dado positivo Onyia y Centeno, la primera con el agravante de que, al conocerlo, le retiró de la competición con la excusa de una indisposición. Y en el historial de Odriozola aparecen implicados en asuntos de dopaje el campeón olímpico Plaza, el subcampeón del mundo Rey, los campeones de Europa Raúl Fernández y Alberto García, los plusmarquistas Murcia, David Martínez y Campeny, atletas menos conocidos como De Jesús, Piedra, Cervantes, Mingorance, Pulido, Adoración García, Llamas, Godoy, Garzón... Y hasta podría hablar de la Operación Puerto: una imagen policial mostraba la pizarra donde ponía "Europeos de Gotemburgo". ¡Ay si hablara Odriozola!