Ser Pepito Grillo es necesario

Ser Pepito Grillo es necesario

Messina decía en vísperas de jugar contra el Granada que no quería ser el Pepito Grillo del Madrid, recordando siempre a los jugadores lo que hacían mal. Pues ser un Pepito Grillo en el baloncesto es necesario. Sobre todo en esta larga fase de la Liga regular, en la que las costumbres se relajan. Son tantos partidos, la mayoría intrascendentales para los equipos grandes, que más de una vez aparece la sorpresa. Ahí están el Madrid y el Barcelona ya clasificados para la Copa, el Valencia prácticamente también y el Baskonia, casi. Por eso pierde ayer en Manresa y no pasa nada. Acabará jugando la Copa y los playoff, también. Como no se mantenga viva la atención de los jugadores, los partidos no se ganan solos.

En este sentido, Messina está creando un estilo. Quiere ganar siempre. Es lo honrado y es el deber de todo equipo grande. La afición, además, lo acaba agradeciendo y se fideliza. Años atrás, el Madrid tenía más de un tropiezo ante rivales como el de ayer, el Granada. O al menos sufría. Ahora, no. Ahora puede tener algún despiste al comienzo, hasta que Messina acaba poniendo orden y el Madrid que ha creado saca todo su poderío devastador. El resultado es que gana todos los partidos con gran suficiencia. Como se espera del Madrid, que mantiene con el Barcelona un interesante duelo a distancia, pues no quiere ser menos. Hasta que en Navidades se produzca ese esperado gran choque de trenes, al que el Madrid quiere llegar invicto.