Mejor unas manos gaditanas

Mejor unas manos gaditanas

Me da miedo pensar que el Cádiz pase a manos foráneas. Algunos, siguiendo al dictado lo que le ordenan y sin sentimientos cadistas, dicen lo contrario basándose en un prometedor futuro que nadie cree. Nuestro particular Submarino siempre está en boca de supuestos compradores que nunca culminan lo que dicen. Es más, ni tan siquiera empiezan. No olvidaré jamás a Masato Horita. El japonés quiso hacer negocio con un club del que sólo sabía que era el anfitrión del Trofeo más importante del mundo. Salió por patas de Cádiz, en un furgón policial. Eso sí, a algunos compañeros les regaló una botella de vino tinto marca de la casa. No engañó a nadie. Este es un club con sentimientos y con gente a sus espaldas que sabe de fútbol.

Ahora se habla de un Emir, aunque las aguas parecen calmarse y vender no es tan fácil como se pinta. Independientemente de la decisión de Muñoz y resto del Consejo, algo deben pintar la Diputación y el Ayuntamiento, que tantos esfuerzos han hecho para contribuir a la marcha del club en momentos complicados. Más allá de las negociaciones que puedan tener los distintos grupos interesados con los abogados de Muñoz, existe la posibilidad de dejar el club en manos gaditanas. Pocos confían en ello, por cuantos intentos anteriores no fructificaron. Yo no lo descartaría. Será cuestión de tiempo y de que los consejeros no vayan más allá del traspaso de las acciones con la cuantía que se fije. La animadversión hacia estos sería mear fuera de tiesto.