Jugando al Pro Cycling Manager

Jugando al Pro Cycling Manager

Uno se sienta ante el ordenador y ante sí tiene todo un equipo ciclista, el mejor que haya podido formar. La carrera va a comenzar. Desde el ratón se comienzan a dar órdenes. Fulanito que se escape, menganito que haga la goma con el pelotón; el resto, que permanezca agrupado. Las fuerzas de algunos van disminuyendo. Hay que esperar al avituallamiento. Llega la montaña. Se hace saltar al escalador para que enlace con el escapado. Saltan también algunos rivales. La situación se complica. Uno de ellos adquiere ventaja y las energías de nuestro líder van a menos. Pero detrás hay un compañero con las fuerzas a tope. Le hacemos tirar a muerte. Llega hasta el escapado y le deja atrás. Ya está ahí la meta. Gana. ¡Hemos ganado!

Pues si los directores de los equipos ciclistas quieren el poder absoluto sobre sus corredores, ahí está el Pro Cycling Manager, un juego de estrategia donde uno decide todo. Los ciclistas son meras piezas para jugar a ser director. Pero el ciclismo de verdad no puede ser el juguete de los directores en el que se ha convertido por los pinganillos. El ciclismo real, el que lo ha hecho grande, es de los ciclistas, a los que se les ha arrebatado la facultad de acertar o equivocarse para gloria del ciclismo. ¿Cuántas grandes etapas nos han hurtado los directores con sus decisiones de parar a un ciclista para esperar a un compañero? El ciclismo es espectáculo y es de los ciclistas. Los directores nos lo han arrebatado. Bienvenida la retirada de los pinganillos.