Villa, Cristiano y la dinastía de Marquitos

Villa, Cristiano y la dinastía de Marquitos

Villa espera en Mestalla con la pólvora caliente, a punto de estallar. Villa estuvo cerca de ser jugador del Madrid este verano, pero no lo fue. En su lugar vino Benzema, que le aventajaba en precio y en edad, pero de momento sólo en eso. Mientras el Madrid sigue a la espera de que se adapte, Villa está haciendo una temporada sensacional, agitando ese enjambre de avispas que es la delantera del Valencia. Emery ha dado con el equipo: orden atrás y libertad arriba, donde tiene gente con velocidad, buena puntería y una determinación fanática cuando se acercan al área contraria. Es un buen Valencia. El Madrid va sin Cristiano.

Y sin Kaká. Pero el que pesa de verdad es el primero, porque cuando está se hace notar tanto que su ausencia resulta estruendosa. El que sí viaja es Marcos Alonso III, nieto del Marcos Alonso I, conocido como Marquitos, uno de los escuderos de Di Stéfano en los años más grandes del Madrid, e hijo de Marcos Alonso II, conocido como Marcos a secas, al que el Madrid no supo ver y que hizo un carrerón, paradojas del destino, en el Barça y el Atlético, los enemigos de la casa del padre. No jugará, supongo, pero este primer viaje supone al menos que han visto jugador en él.

Buen partido, aun sin Cristiano. Sacudido además por lo mal que se ha entendido lo que dijo Pellegrini en El Larguero, y que yo no entiendo para nada despectivo hacia el juego del Barça, que Pellegrini admira, como todo el mundo. Sólo dijo que el Bernabéu es impaciente, y que un juego tan elaborado no entraría bien allí. Pero vivimos tiempos sin matices, así que parece que haya hecho de menos el juego del Barça. No era eso, no era eso. Al Barça no se le pone ningún pero, si acaso al exhibicionismo de su presidente, que intenta hacerse todo lo visible que puede el poco tiempo que le queda.