Dieciséis heroínas en China

Dieciséis heroínas en China

Llevan en China dos semanas. Jugando clandestinamente en televisión. Sus partidos son por la mañana y en Teledeporte. Los otros medios de comunicación tampoco les hemos dedicado mucho espacio. Visten camisetas en las que aún se promociona la candidatura olímpica de Madrid, porque no hay para dos al año. Hasta ayer no fue para estar con ellas el presidente de la Federación. Del Consejo Superior de Deportes no ha ido nadie ni se le espera. Que ganen 2.000 euros al mes no viene a cuento, porque si su deporte no da para más, ¡qué se le va a hacer! Pero el cariño es gratis. Y cuando a 10.000 kilómetros hay unas mujeres vistiendo con orgullo la Roja y compitiendo por una medalla para España, se merecen nuestro reconocimiento.

Luego si ganan medalla o no, es otra cuestión. En ello están y sólo les queda una oportunidad, mañana ante Noruega. Ayer, con Francia, no pudo ser. Hubiera sido un milagro. Francia tiene más tradición en el deporte, en el femenino en particular y en el balonmano en concreto. Jugadoras donde elegir tiene a puñados. Del continente y de las colonias. Blancas, negras y mulatas. Todas altas y corpulentas. Aquí son pocas pero unas heroínas. Guerrilleras de un deporte al que no hacemos ni caso. Aquí hemos organizado cientos de campeonatos, pero de balonmano sólo uno y hace 13 años, cuando Mundiales y Europeos de balonmano se han ofertado 56 veces. Pues digo una cosa: si mañana nuestras chicas ganan la medalla, que se la queden. Es bien suya.