El impresionante año azulgrana tuvo su remate ayer con el FIFA World Player para Messi, que estaba cantado. Y tercero fue Xavi, ese chico de Terrassa que no gana balones de oro, pero los fabrica. Y por ahí cerca andaba también Iniesta. La riada culé ha llegado este año 2009 hasta los tejados. Y viendo allí arriba a Messi, con todos los premios, no llego a saber si es el factor principal del éxito o el más favorecido por el buen juego del equipo, dado que en Argentina es otro. Los premios son para él, pero no termino de verle como la cara de este Barça. Me quedo más con Xavi, Iniesta y Guardiola. Y hasta con Puyol.

El Madrid salva la honrilla con Casillas, su valor más estable desde hace años, que aparece otra vez como mejor portero del mundo, y con Cristiano, que gana en su primera edición el premio Puskas al mejor gol del año. Yo vi más 'puskíneo' el de Iniesta porque, prescindiendo de que fue con la derecha (Puskas era zurdísimo) la pegada tan difícil y tan sobria me recordó mucho la del genio húngaro, y su trascendencia fue brutal. Ese gol 'in extremis' abrió la puerta a tres títulos más. Al récord. Sin ese gol (y sin el árbitro noruego, permítaseme que lo diga) el Barça se hubiera quedado en supercampeón español.

Ha hecho bien la FIFA en incorporar este otro premio, que es lo único que la distancia del Balón de Oro, y muy bien en darle el nombre de Puskas, que en Hungría se escribe Puskás, pero hemos sabido eso demasiado tarde. A Puskas se le quiso mucho aquí, y él nos quiso mucho, sin duda. Su viuda habló en español, cosa muy de agradecer porque nos confirmó que ese lazo es muy fuerte. En fin, Casillas y Cristiano para hacer frente a la ola azulgrana. Lo dicho: la riada del 2009 se recordará por un siglo o más. Pero el Madrid no se rinde, se vio el sábado, se vio anoche. Si algo hay seguro es que el Madrid siempre vuelve.